Renovarse o morir
La crisis también está afectando a compañeros de profesión. Ante estas circunstancias, no hay que perder el ánimo y hay que buscar alternativas a las salidas profesionales convencionales del filólogo.
En nuestra sociedad, al contrario de lo que sucede en otras, apenas se conoce la labor que, más allá de la docencia, pueden desarrollar filólogos y lingüistas. Hay un mundo de posibilidades más allá del aula. Es un excelente momento para reivindicarlas y para fomentar la presencia de los profesionales de la lengua en el sector cultural, económico, político, jurídico, digital, etc. y demostrar la eficacia de sus servicios en el mundo empresarial.
El trabajo de un filólogo, un especialista en la lengua, puede tener gran importancia en estos ámbitos. Así, un informe de un filólogo forense puede llegar a resolver un pleito o una ambigüedad jurídica; la revisión de un documento por un corrector especializado o las recomendaciones efectuadas por un editor sensato, pueden mejorar la imagen de un político, aumentar el impacto de una promoción publicitaria, facilitar la labor de una institución pública, o incrementar la reputación de una empresa privada.
La lengua es un vehículo que nos presenta, y que puede transportarnos al fracaso o al éxito profesional; por ello, tenemos que hacernos visibles y trabajar por que empresas e instituciones descubran los valores de la asesoría lingüística y requieran, por tanto, de profesionales que ejerzan estas funciones y muestren su utilidad.
No todo es docencia o edición de libros. Nuestro futuro profesional puede estar también en empresas de publicidad o comerciales, en notarías y bufetes de abogados, en las redacciones de los medios de comunicación; en organismos públicos nacionales e internacionales y, en general, en cualquier proyecto o empresa que desee comunicar y comunicarse con sus usuarios o clientes.
Y no solo eso. Hoy en día, en pleno auge del mundo digital, la Red y los soportes digitales nos abren múltiples posibilidades profesionales: desde impartir cursos y talleres de español en línea, hasta la gestión de redes sociales, pasando por la edición de páginas web o la creación de publicidad online, ámbitos todos donde, sin duda, el lenguaje deviene esencial.
Ya sabe: si está formándose o busca una alternativa al trabajo como docente o investigador, el mercado, aunque en crisis, ofrece otras muchas posibilidades que pueden servirle para ejercer su profesión y su oficio. La crisis afecta a los mercados, pero la lengua sigue viva y su uso estratégico es cada vez más importante en el ámbito profesional.
¿Qué nos dicen? ¿Han tenido que reciclarse profesionalmente en estos últimos tiempos para poder entrar en el mercado de trabajo?
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Interesante